Compromiso ético, político y humano en el Trabajo Social en tiempos actuales
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Me place hacer una breve reflexión sobre nuestra realidad y sobre el reto que actualmente tenemos como Trabajadores Sociales, inicio citando a Virginia Satir quien nos dijo: “Considera todas las dificultades como oportunidades para crear algo nuevo, aprendiendo y creciendo a partir de la forma creativa en que respondes”, para todos nosotros no es un secreto que nuestra profesión surgió en tiempos de crisis, es decir, en medio de pobrezas, precariedades, condiciones laborales desfavorables, violencias al interior de los hogares, población migrante, entre otras situaciones desafortunadas, que por lo general las han tenido que vivir los menos favorecidos y por ende los más vulnerables, y es ese contexto que tuvimos al surgir como profesión-disciplina el que nos ha formado para afrontar dichas situaciones, es decir, que somos los llamados a brindar soluciones y a gestionar las dificultades sociales que hoy vivenciamos. El covid-19 llegó en un momento muy parecido al contexto que se vivía cuando surgió el Trabajo Social, obviamente con la diferencia de un avance tecnológico, sin embargo, las cuestiones sociales siguen siendo las mismas, esta pandemia nos ha permitido visualizar de una manera más tajante las fallas en la configuración de nuestros sistemas sociales, económicos, políticos y gubernamentales que no previeron o más bien, que nunca han querido pensar en medidas que, dada una circunstancia como la actual acoja a las personas que no pueden hablar o vivir de un teletrabajo, como los vendedores ambulantes, comerciantes o personas independientes, habitantes de calle, los cuales, ni siquiera cuentan con un lugar donde vivir y pasar la cuarentena, a lo que me refiero es que estamos envueltos en un sistema que da garantías para un resguardo de aquellos que han tenido mejores oportunidades económicas, pero deja desolados a los que no; aunque esto es solo una pincelada de la manifestación de una violencia estructural respecto a la configuración de nuestros sistema sociales y económicos. Ahora bien, nosotros como Trabajadores Sociales estamos llamados a ejercer esas facultades obtenidas, puesto que somos agentes políticos, educadores sociales, mediadores y gestores sociales (solo por nombrar algunas de nuestras habilidades y capacidades), es por ello, que ahora las palabras: compromiso ético, político y humano van más allá de lo que quizás podemos imaginar, es una cuestión de responsabilidad social, de equidad, de pensarnos mutuamente y por supuesto, actuar conforme a ello y acorde a la dignidad humana, debemos recordar que la formación de una persona que en efecto hace parte de una sociedad, pasa primeramente por unos factores de control social como lo son la familia, la escuela, la religión, el arte y la cultura, los cuales buscan mantener una sociedad armoniosa y son estos espacios en los cuales nosotros podemos incidir de manera directa o indirecta; hago el llamado a que seamos aún más partícipes en espacios de construcción y veedurías ciudadanas, en espacios de planeación, porque son estos los lugares (que de algún modo han estado descuidados), los que han permitido que se lleguen a tomar decisiones estructurales que hoy en día perjudican a gran parte de las sociedades, y por supuesto han beneficiado solo a unos pocos. Mi pregunta es para todos nosotros como profesionales licenciados en Trabajo Social, ¿hasta qué punto en nuestro accionar verdaderamente hemos hecho uso estratégico de estos espacios?, se inicia poco a poco, pero la intención es incidir en un cambio, que si bien no será de manera inmediata sí puede irse dando de una forma paulatina y efectivamente reflexiva. Finalmente, y aunque aún hay muchos temas por ahondar, deseo que traigamos a nuestra memoria que el carácter de nuestra profesión nos exige más como personas, y también me gusta recordar y es algo que le digo a todos mis colegas y personas en formación en esta profesión y es que ser Trabajador Social es un estilo de vida ético, con valores, en pro de la justicia, con un accionar que debe ser planeado, estructurado, argumentado y sobre todo contextualizado, somos más que una profesión que se obtiene con 5 años de estudios, en el caso Colombia, somos la personificación de un deber ser tanto social como personal. Por: Karol Arteaga López Licenciada en Trabajo Social de la Universidad de Antioquia – Colombia
Coincido con la autora, Trabajo Social, debe pugnar desde su ámbito por la justicia social y que por lo tanto es un estilo de vida, y en estos momentos de crisis ver oportunidades para crear nuevas formas de intervención a favor de los más olvidados por el sistema neoliberal.